Thursday, June 29, 2006

-CHICAS, CHICOS & AMOR DE "JB"-



¡Buenas a todos! Hace calor, por la calle la gente va con pantalón corto o minifalda, las chanclas sustituyen a los zapatos dejando los pies a la vista ¡por dios que morbo! Las camisetas son de tirantes, el moreno ya no es artificial, en el mercado podemos comprar melocotones y cerezas del valle de Aran, señales inequívocas de que llegó el verano con sus días largos en la playa, con sus escaparates con ropa de invierno (paradojas del consumismo) y con sus fiestas y terrazas, eso, terrazas:

Estaba yo en una terraza de verano, muy famosa en Barcelona situada en el “Pueblo Español”, repleta de “tendenciosos”, como diría mi buena amiga Leire, cuando sucedió algo que me hizo pensar si había estado demasiado aislado de la realidad, la realidad plural de muchas opciones y diversa, la realidad que no solo cuenta con el conjunto formado por la comunidad homosexual y sus simpatizantes, la realidad fuera de esa burbuja protectora que podemos llamar gueto, pues cuando llevaba unas tres copas de algo macerado en barrica de roble americano con cola, la cantidad adecuada para dirigirte a desconocidos sin temor alguno de hacer el ridículo, como dice la gente “con el puntito”, apareció una chavala vestida como en un video de Madonna de los ochentas, mucho tul, medias, superposiciones de prendad y pelo teñido de rubio cardado hasta la estratosfera, con un rítmico y eléctrico contoneo, mirada y actitud de desdén… una chica de su tiempo en el lugar y momento correcto. Pregunta de un maricón a la población en general: ¿Cómo se sabe si una chica te está tirando la caña? ¿Son indicios suficientes que te mire a los ojos? ¿Qué baile a tu lado? ¿Qué te sonría? ¿Qué te ofrezca de su copa? ¿Qué te pregunte el nombre? ¿Yo creo que si? ¿O el leguaje de seducción femenino es diferente al masculino?


Admito que me he dado cuenta de que no se nada de mujeres. Tengo amigas y se como sienten y que les preocupa, que quieren o que buscan en la vida, me gustan como confidentes y se que el sentimiento es reciproco pero… es que me siento muy raro cuando una tía intenta ligar conmigo, estoy tan poco acostumbrado que me pongo muy nervioso, se me suben los colores a alta resolución y con diez megapixels de definición. ¿Qué busca una chica en un chico? Yo creí que lo mismo que busco yo, que el chico sea simpático, masculino, guapote, que tenga ritmo, un buen paquete (para que nos vamos a engañar, el tamaño importa) y una lista de peticiones menores que cambian según el gusto personal del peticionario, ojos así o asá, pelo si aquí o no acá… conformando un ideal físico mas o menos estricto (comento que en cuanto a requisitos físicos exigidos yo soy de “manga ancha” o más actual en estos tiempos de la red, soy de “banda ancha”)


¿Qué querrá esta chica de mí? Me pregunté ¿se me olvidó la pluma en casa? ¿O ha vuelto como canon de belleza la ambigüedad? No, no puede ser yo no soy andrógino ¿será de ultima tendencia tener un novio marica? Tampoco, me había visto como lo que soy, un tío de treinta años, que puede, aunque no lo sabe, ligar con una mujer. Entonces JB con cola y yo empezamos a tener una charla telepática:


-Es muy guapa esta chica- (afirmación rotunda)
-Si me gustara una chica sería como ésta-
-Tiene mucho estilo vistiendo-
-lo que quiere decir que tiene buen gusto-
-Si, tienes razón-
-Me gusta su conversación-
-¡Invítale a una copa!-
-¡No, no, no! Que me da corte-
-Pues pídete una y ofrécele tú, como hizo ella-
-De acuerdo ¿le pregunto primero que toma ella?-
-Estaría bien…-


Y mientras desarrollaba mis tácticas de seducción en un territorio totalmente desconocido, sintiéndome como Colón pisando las Indias continente americano, la charla entre JB y yo llegaba a puntos de suposición e imaginación extremos, la joven Vivian Westwood y yo nos besaríamos, yo la tomaría de la mano sacándola del recinto y en caballo metálico de doscientos cincuenta centímetros cúbicos, que es lo máximo que por el momento me permite la ley conducir hasta que pasen dos años de experiencia, nos lanzaríamos raudos y veloces, veinte kilómetros hora (conduzco como una yaya, pero yo lo disfruto igual) montaña a bajo, hasta llegar a su piso, donde después de una noche de sexo con cunilingüis incluido (es lo que tienen las intoxicaciones etílicas, que no hablas ni piensas tú, es el alcohol) no despertaríamos pensando en ir a vivir juntos, yo se la presentaría a mi madre este verano al bajar a Canarias, a la que le daría un susto de muerte y tal vez una alegría, nos casaríamos en la basílica de Candelaria, patrona de las islas, seríamos unos padres modernos y educaríamos a nuestros tres hijos, chico, chica, y bollo, enseñándoles ser tolerantes, el amor por las artes y el respeto a los demás ¡qué es muy bonito! Comeríamos felices y seriamos perdices o como coño sea.


Enfrascado en mis pensamientos hetero-fantásticos, apareció una marica que aprovechando mi disfunción cognitiva inducida, con su parapeto cargado de plumas, lentejuelas, purpurina escarchada y fantasía, le susurró alguna frase reveladora a la niña de mis borrachos ojos, rompiendo mis sueños incongruentes -¡maldita comparsera! ¡Como te encuentre te clavo las uñas! (ya se que esto último no es muy masculino) ¿o te doy las gracias?- y como vampiro que presiente el amanecer, ella desapareció de lo que al parecer era más temido que el astro sol: ligar con un gay o una noche que no termina en un buen revolcón, confieso que por mucho que me bebiera el botellero completo de la terraza no terminaría comiendo chichi (con todos mis respetos para el género femenino) y es que por mucha imaginación que derroche incluso, bajo el efecto de drogas o alcohol, sigo siendo homosexual.


No creáis, después de lo contado, que soy obtuso, que solo acepto una realidad, no se trata de eso, para callar las posibles crítica de los compañeros maricones de estirpe pura como yo digo que, no habiendo tenido nunca sexo con una mujer, lo que se llamaría -esto me hace reír- virginidad, son curiosidades que a cualquiera le pueden aparecer en la cabeza, aunque haga falta un barril de cerveza. Y para el pesar del conjunto heterosexual que me anime a intentarlo, les digo que ni muerta, que tengo muy clara mi orientación sexual, que hay cosas que no puedo hacer de forma consciente otras incluso ni de forma inconciente, aunque también hay quien dice eso de: “no digas de esta agua no beberé”.

-UNA TARDE DE DOMINGO EN EL PARQUE DE LA CIUDADELLA CON BUENA MÚSICA-

Sunday, June 25, 2006

-SIGUE EL CAMINO DE BALDOSAS AMARILLAS-




En el momento en el que se abre una puerta, después de tanto tiempo esperando por una nueva salida en tu departamento estanco, curiosamente se entorna una segunda ¿por qué? ¿Estamos dejados de la mano de Dios a merced de las poderosas fuerzas que gobiernan las leyes de Murfi? ¿No puede quizás el destino, por una vez, hacernos fácil o cuanto menos claro, el camino? Al parecer no, ni fácil, ni claro, ni nada.


Si hace tiempo que no tienes pareja y un día conoces a un chico maravilloso, por casualidad luego aparece otro igual de estupendo, no importa el orden de llegada ni los criterios de eliminación que utilices para elegir cual será ese príncipe azul con el que compartirás una temporada de tu vida, ya puedes llamar a Octavio Aceves, Aramís Fuster, o Rapel, que unos te dirán sujeto A y los otros te dirán sujeto B, pero el resultado, después de la dicotomía electiva, siempre será el mismo, esa extraña sensación de que nos hemos equivocado.


Si tras largos meses sin trabajo dejando currículos por doquier, esperando la llamada de la futura empresa que te corporativizará, una tarde surge desde tu teléfono, con el tono avizor de los ángeles de Charli, esa noticia que te da la posibilidad de sumergirte otra vez en el mundo del mercado laboral, citándote con fecha y hora en las oficinas centrales para la entrevista previa a ese contrato, no te extrañe que a cinco minutos del cese de la comunicación interfónica, otra nueva cantinela de Charli y tras pulsar el botón verde, que da paso a la atención del sujeto al otro lado de la línea, se te dirijan ofreciéndote otra oferta igual de tentadora que la anterior, con la posterior cita para la ritual entrevista, ¿Por qué te aceptaron en los dos trabajos? ¿Por qué te tocó decidir entre trabajo A y trabajo B? ¿Por qué, después de descartar A, te da la sensación de que tenías que descartar B?



He comprendido, hace tiempo en el tiempo, que el camino en línea recta no existe, igualmente, he desechado, con la experiencia, que el camino no es de dirección única; añadamos pues, meandros, subidas, bajadas, intersecciones, cruces, incorporaciones, incluso rotondas. El camino esta compuesto de todos los obstáculos y elementos que un manual de conducción, de forma teórica, nos puede mostrar.


La vida, el camino, desde sus inicios, tal vez tendríamos que imaginarla como una planicie en la que nosotros, situados en el centro, pudiéramos segmentarla en trescientos sesenta opciones graduadas alrededor, con sus correspondientes minutos y segundos opcionales, y seguir con las subdivisiones de manera infinita. En las diferentes direcciones que podamos tomar, por supuesto, existen algunas que son más importantes que otras, éstas se presentan como ramificaciones, puertas o ventanas que vamos a tener que atravesar o descartar, creando la sensación de que al introducirnos en una de estas el recorrido ha cambiado, o por lo menos volver al lugar anterior va a ser casi imposible. En determinadas ocasiones, el camino dejado atrás desaparece o cambia, lo que nos indica, que si queremos retroceder las condiciones del viaje habrán mutado, sumando y restando nuevas posibilidades.


¿Qué hemos podido averiguar de lo anterior? ¿Que es la vida? No, esto no me atrevería a responderlo, porque la vida tiene muchos puntos de vista, y muchos eruditos y filósofos que a lo largo de nuestra existencia han aportado sus ideas para dibujar la silueta de tan difícil respuesta, yo desde mi insignificante posición no podría aportar nada nuevo. Digo entonces que tanta metáfora direccional sólo es la manera de explicar mi particular aceptación del concepto de vida. En mi cabeza, evidentemente no es idea propia, una de las definiciones aceptadas para el camino seria que vivir es poder elegir y elegir abarca todo lo que significa pensamientos, movimientos, sentimientos, todos ellos voluntarios e incluso los involuntarios ¿Por qué incluyo estos últimos, los involuntarios? Pues porque en ciertas acciones aunque parezcan mecánicas, son decididas por nuestro cuerpo, pongamos por ejemplo el batir del corazón:



El corazón, de movimiento reflejo involuntario, desde que nacemos, se encarga de la vital función de bombear la sangre a todas las células del cuerpo, ¿podemos decidir parar ese movimiento voluntariamente? Digamos que no… pero en el momento de la muerte, en la que el corazón no sea el causante de ella y de forma el la que nosotros no decidimos, el cuerpo decide parar el corazón porque ha llegado el momento de poner fin a los imprescindibles latidos. Tras este ejercicio de lógica, podemos incluir todas las variantes de vida que se puedan imaginar tras la lente de la “elección”.



Pero… ¿Y las respuestas a nuestras primeras preguntas de “por qués” Sobre las burlonas travesuras del destino? pongamos que las divagaciones “vida es elección” es el preparatorio para resolver las primeras incógnitas planteadas. Cuando en nuestro camino se nos presenta al mismo tiempo diferentes puertas a elegir, pongamos A y B, no quiere decir que no existan otras, lo que quiere decir es que A y B son lo suficientemente importantes para nombrarlas y eclipsar el resto de puertas. Si tenemos para comer carne o pescado, puerta A y puerta B, estamos despreciando por ejemplo no comer, puerta C, o comer carne y pescado, puerta D, etc. En el caso de que solo exista una puerta de las importantes, entraríamos por ella sin plantearnos nada, con lo que cruzar este umbral no nos supondría reflexionar, por tanto no nos plantearíamos nada, la estaríamos ignorando por resultarnos cómoda su entrada ¿que hay para respirar? Aire, mientras vamos respirando aire no nos planteamos si podemos elegir otra cosa, esta opción es única pero muy importante y la ignoramos, es por todo lo explicado que estas cuestiones solo se crean cuando tenemos que sopesar y elegir.



Haciendo un esfuerzo encontramos un sin fin de posibilidades y caminos a elegir, tengamos presentes que cuando emergen dos sendas, o más, que nos hagan detenernos a pensar la elección a tomar, estamos en un momento que es importante, pero de no existir o no tomar éstas, no se acabaría el camino, tarde o temprano aparecerán nuevas puertas, nuevos caminos y aunque sea una elección esquivarlas todas o sentarse y no tomar ninguna, la vida también funciona como una cinta transportadora que, pudiendo ser su movimiento tan lento como para no percatarse, al quedarte quieto, ella te lleva hasta que tu cuerpo sin que tu lo decidas termine diciendo a tu corazón ¡para ya! ¡Esto me aburre! y como tu no te decides lo hago yo. Por último, aclarar que la naturaleza curiosa del ser humano es la culpable de esa sensación de mala elección, no elegimos mal, lo que ocurre es que somos curiosos y queremos saber que hubiera pasado con el resto de puertas no cruzadas, pero nuestra vida no es eterna y si somos inteligentes o prácticos no deberíamos pasar demasiado tiempo lamentándonos de los caminos erróneos emprendidos, vivir es elegir, poder elegir es tener libertad, ser libres es tener responsabilidad para, como mínimo, nosotros mismos. Cruzar una puerta, emprender un camino, abrir una ventana, son aventuras que llenan nuestro viaje de adornos, anécdotas y recuerdos.

Sunday, June 18, 2006

-MATRIMONIO HOMOSEXUAL-



Bueno, bueno, bueno… ¿Qué queda por decir, que sea nuevo, de un tema que saltó a todos los medios de información hace más de un año, tras la propuesta de ley sobre el matrimonio homosexual? Porque realmente es un tema que se ha comentado, criticado, votado en el congreso –aprovecho para dar gracias a la aprobación de esta ley y a todos los que dijeron que si- que discutimos en la calle, en el trabajo y en casa, que el PP se opuso y erre que erre se opone, que la iglesia se manifestó –Patético por cierto- que incluso mi madre me llamó para felicitarme:


-¡Hola Ricardo!-
-¡Hola Ma! ¿Qué tal? ¿Cómo va todo?-
-Tranquilo, como siempre… Te llamo para felicitarte-
-¡Ah! ¿Si? ¿Por qué?-
-Pues porque ya te puedes casar, si quieres-(yo siempre tan despistado y lento por no intuir a mi madre, algún día os cuento como me saco del armario)
-¡Ha! Por eso…-(como entre mi madre y yo, desde que todo esta claro, nuestro trato a mejorado en madurez, calidad y amor, para compensar mi falta de reflejos anterior tras su inesperada finta, le conteste de forma muy solemne)- ¡pues felicidades a ti también! Porque nuestra sociedad esta mejorando, ahora todos somos más iguales, ahora somos más civilizados y esto es bueno para todos- (tenia que haber sido político…)
-¡Si! eso mismo le dije a tu hermana. Estoy haciendo calamares en su tinta…-


Como decía: parece que ya está todo dicho sobre el matrimonio gay, parece pero ¡no! y no es que estuviera en otro país, no me enterara de nada y no pude dar opinión o que tras largos meses en coma me despertara en un mundo sutilmente cambiado y deseara ponerme al día de tales diferencias, pero es que hace un par de noches me ocurrió algo que me dejó muerrrta:


Estaba yo en una discoteca de “hombres con hombres”, en un domingo víspera de segundas pascuas (que se celebran en Cataluña) cuando me tropecé con mi compañero de piso ¿el que nunca esta en casa porque hace un par de meses conoció a su actual pareja y prácticamente esta instalado con él? el mismo, acompañado de, el causante de mi afortunada soledad, su pareja, pues el cohabitante últimamente solo pasa por casa para pagar, tarde después del día diez pero por el momento no ha fallado. Tras: hola que tal, como os va todo, que guapo estas y bla bla blas mutuos sin interés y con la sinceridad de los protocolos sociales –añado aquí que no conecto nada con mi compañero de piso, no me cae mal pero… ni fu, ni fa- y cuando ya estábamos solos el que paga y no aparece y yo, porque su pareja estaba fuera de radio de audición, le pregunto, también, sin mucho interés:


-¿que tal en tu país con tus padres y tu pareja?-
-¡Ah…! ¡Súuuper bieeen! es que él es geniaaal, le ha caído bien a toooda la familia-
-¡Ahaaa!- (expresado con muchas ganas, sin mirarle siquiera… es que me aburren mucho sus temas de conversación aunque intento ser agradable pues es mi compañero de piso)
-¿Sabes? Si todo va bien, que yo espero que si, para el próximo año “NOS CASAMOS”-
-ups… que… ¿bien?... espero estar invitado al la boda-
¿Qué otra cosa podía decir? Estaba estupefacto. De camino a casa, con la boca abierta, me tragué una libélula y dos mosquitos tigres, cuando llegué los escupí e intenté cerrar la boca para evitar la entrada de otros desagradables insectos.


Para que ustedes entiendan ¡ESTOY A FAVOR DEL MATRIMONIO HOMOSEXUAL! No solo porque es un derecho que nos permite solucionar un montón de asuntos sociales que se nos hacían demasiado difíciles o inexistentes como: pensiones, vienes comunes, herencias, tutela de hijos, vacaciones, bajas y todos los entresijos que hacen que no estando casados, reconocidos como pareja ante la ley, todo pueda convertirse en un caos, sino porque a de más es lo que nos corresponde constitucionalmente en un estado de derechos ¿no somos todos iguales? Pues iguales en lo malo, como pagar impuesto, y en lo bueno, como los derechos del matrimonio. ¡Ahora bien! que una marica, con sus treinta y siete años, me comente, después de solo dos escasos meses de noviazgo, que si todo va bieeen para el próximo año se casan ¿De verdad? ¿A esto es a lo que queríamos llegar? ¿Queríamos soñar con que algún día llegaría un hombre y nos pediría matrimonio? ¿Era esto por lo que se luchaba? ¿Por ser princesas deseosas de pasar por el altar vestidas de blanco? ¡Por favor! Que yo creí que luchábamos por unos derechos y no por un “si quiero” ñoño y hasta que la muerte nos separe, que no digo que la ceremonia no la puedas hacer ser bonita, pero yo, si me casara lo haría por que el día de mañana (si soy yo el que muero antes) mi pareja cobre una pensión y se quede con nuestro bonito chalet adosado (si lo tuviera) lo haría por cuestiones prácticas, y no porque fuera mi sueño desde pequeño ¡casarme con un hombre! vestido de largo y lanzar un ramo al cielo para que fuera recogido por el siguiente.


Puntos que tengo que aclarar para que no me toméis por una persona seca, áspera, poco cariñosa, poco romántica (que lo soy, pero no por mi actitud en este tema).


En primer lugar, analizar cual es la imagen que se ha labrado mi compañero de piso desde que lo conozco, tengo que decir que los únicos comentarios positivos que me ha podido decir de sus amistades no tenían nada que ver con actitudes sino con cantidades, ejemplos: –tienes dos casas fantásticas en Mallorca y tres apartamentos en el centro de BCN- o –tiene u trabajo… gana muchísimo dinero- o –el reloj que lleva cuesta como seis mil piedrólares- Etc. Etc. Etc. Mientras que él ¡no ha pegado un palo al agua en su vida! no tiene donde caer muerto.
También están los detalles de:

Nacionalidad, que es europea, por lo que no se casan por papeles.

Edad, que el señorito no es parte de una generación futura, donde el matrimonio entre personas del mismo sexo sea tan normal y habitual que nos haya dado tiempo a crear unos antecedentes que nos permitan tener cultura popular, en cuentos, cine, teatro, religión, etc… tan importante que como homosexuales, soñemos desde muy temprana edad, como era y aun hoy es, en menor medida sálveme Dios, en el mundo heterosexual, con el dichoso enlace, que si uno tiene treinta y siete el otro cincuenta y pocos, que este tipo de ilusiones no aparecen por generación espontánea de la noche a la mañana, que desde la heterosexualidad se pueden disculpar, sobretodo si eres mujer, porque han tenido un lavado de cerebro generación tras generación sobre la pareja, la familia y el matrimonio y la forma y orden para su consumación.

Economía, que su pareja esta realmente forradísima, que tiene mucha pasta, y en esta parte del texto podría decir mucho más, pero mi objetivo, aunque os parezca mentira, no es dejar de vuelta y media al sujeto creador de la frase que me dejo cristalizado.

Y por ultimo, proyectos de futuro, que son inexistentes, porque desde que entro por las puertas de mi casa, no ha trabajado ni ha tenido intención, es una persona que tiene otro punto de vista sobre como enfrentar la vida, el único proyecto que puedo llegar a decir en estos momentos, porque anteriormente no había vislumbrado, es ser “la señora de”, dar un braguetazo.

También aclaro, para ser justos, que esa chica de play boy, con unas curvas generosas, rubia a lo Monroe, que se caso con un señor tan millonario como arrugado y viejo, es para mi una tía muy inteligente, esperar a que el señor muriera ( no digo “pobre señor” se porque no lo era en absoluto) para luchar por parte de su herencia, pues por ley le corresponde ya que estuvieron casados (aunque solo fuera un año) no me parece un acto perverso, en todo caso solo se la podría comparar con cualquier corredor de bolsa, ella invirtió y ganó, y muy bien que hace, y como hablamos de matrimonio, hablamos de un intercambio de intereses, o a caso ese señor no tuvo durante todo un año, una monumental mujer en su casa cual jarrón, que le mimara aunque solo fueran las pupilas. Pues para mi compañero de piso lo mismo, muy bien que hace ¿Quién soy yo para juzgarlo?
Ahora… que pretenda que yo me trague que se casa por “amor”, no mi amor, a mí no me la dan con queso en estas cuestiones, que me traten de tonta me indigna.



El amor no necesita el matrimonio para existir, ya nadie se casa por amor, te casas por “costumbre” o por el “¿qué dirán?” si eres muy carca o católico del OPUS, te casas por “papeles” para que no te devuelvan a Cuba, te casas para “pagar menos impuestos”, porque la vida en pareja es mucho más barata que la vida de solteros, y te casas por “dinero”. El amor no se fija con una firma en un papel o un anillo en el dedo que corresponda. Si en vez de esto me hubieras dicho, me caso porque si nos divorciamos me pasará una pasta que me resuelve la vida entera, le hubiera dicho -¡pues bien que haces! y felicidades si eso es lo que quieres-. Este es un claro caso de “por el interés te quiero Andrés” que como ya aclaré antes, el interés siempre suele ser mutuo, no os cuento que es lo que le puede interesar “al otro” de mi compañero de piso, porque entonces si que entraría en la critica pura y dura, típica de los programas del corazón.


Amigos míos: ¡YA NOS PODEMOS CASAR! y divorciar y dar braguetazos, porque cuando se hace una ley surge la trampa y los tramposos, tengo el candidato perfecto para el primer divorcio gay, si es que no lo ha habido ya, pero por lo menos éste será de los que mueve mucho dinero. Yo os prometo que no os voy a señalar en este tipo de cuestiones siempre y cuando no seáis hipócritas justificando vuestros actos con sentimientos nobles, que por supuesto podéis tenerlos pero como acompañamiento de vuestras intenciones prácticas. Hasta otra y…

¡VIVAN LOS NOVIOS!

¡Y LAS NOVIAS!

Saturday, June 10, 2006

-FREACKIS-



Hoy he tenido un día nefasto, ha sido un día cargado de todo el pesimismo que puedo llegar a sentir sin entrar en depresión, me oprime el pecho al respirar, y se me escapan los suspiros ¿Todo el mundo quiere ser diferente?, este tipo de cuestiones en un día como el presente, un día en el que mis pensamientos me castigan, me impiden levantar cabeza, pueden llegar a ser abrumadoras, imponiéndole al día un talante reflexivo ¡vamos! Que me he pasado las horas en la luna de Valencia –ciudad de las ciencias- dándole a las conexiones neuronales más trabajo de lo saludable (espero que no me denuncie la organización mundial de la salud).


El telediario, los anuncios, los programas de muchos canales, el periódico, la radio, hoy a pocos días del mundial de fútbol, me analizo frente a la pantalla de la TV y me reconozco como una persona atípica, no me gusta el fútbol, no me gustan los niños, no me gustan los animales de compañía, no me gusta estar en pareja (aunque casi siempre lo estoy, incluso en estos momentos lo estoy) no me gustan las carantoñas de pareja, no me gustan las concentraciones masivas de gente, fiestas populares, verbenas, sanjuanes, fines de año… no me gusta ir donde hay mucha gente, no me gusta las playas de la ciudad abarrotadas de gente, y siempre siento un cierto desprecio por todo aquello que goza del beneplácito de la mayoría, ejemplo: si un actor es archí-famoso seguro que no me hará moverme de mi casa para ir a ver una de sus películas al cine, si una actriz me gusta y termina siendo la más admirada, dejará de ser santa de mi devoción; como orientación sexual tengo por preferencia a mi propio sexo, tengo una tendencia natural a llevar la contraria a la mayoría, por lo menos de pensamiento, luego en la practica soy muy maleable y por comodidad no me cuesta ceder ¿Soy un inadaptado social? ¿Soy diferente al resto? ¿Quiero serlo?


Como preguntaba en el párrafo anterior ¿todo el mundo quiere ser diferente? En un principio parece ser que si, todo el mundo quiere ser especial, ser o tener algo diferente, que lo haga destacar del resto, de la muchedumbre, tener características físicas de armonía o exotismo, ojos más claros o más oscuros, labios más carnosos o mas delicados una larga lista de rasgos apreciados por ser símbolo de belleza; también un sin fin de comportamientos que dependen de la psicología, conocimientos y ética del individuo y de sus aptitudes para relacionarse con los demás, interactuar socialmente: inteligencia, simpatía, empatía, saber estar, agudeza mental, cultura, sentido común, sentido del humor, sentido estético, madurez, entereza, jovialidad, frescura, chispa, etc.… destacar en alguna de estas cosas puede hacerte diferente, por lo tanto: ¡si! Queremos ser diferentes pero… al mismo tiempo ser aceptados, pertenecer al conjunto, a la sociedad, al todo, esto nos crea un problema: tenemos la tendencia natural a rechazar lo que se sale de la norma, lo raro, lo no habitual, lo que nos da miedo, lo desconocido, lo que es diferente. ¿Entonces? ¿Qué queremos? La síntesis, nuestro ser contradictorio no dice que: queremos ser diferentes pero de forma moderada y sin que ninguna de estas cualidades sea peyorativa, no queremos ser diferentes teniendo tres brazos o un único ojo, no queremos ser especiales siendo excesivamente simpáticos llegando a ser insoportables. Para clarificar: hasta los que quieren ser o son freackis quieren que sus iguales los acepten en sus grupos de monstruos. Salvo excepciones, pues siempre existe uno que se desmarca de la generalidad, somos individuos sociales, nos gusta pertenecer a grupos, no nos gusta ser discriminados, necesitamos sentir el apoyo de nuestros hermanos de rarezas para reafirmarnos en estas, amarlas y hacer de ellas nuestras banderas, las que nos hacen especiales, las que nos hace incluso pertenecer a grupos selectos.


A fin de cuentas quien es más freack, la chica siniestra teñida de negro, piel pálida, sombra de ojos negra, medias rotas, ropa negra, crucifijo invertido en el cuello, en el club clandestino del centro con puerta pequeña o la chica teñida de rubio, silicona en los labios, lentilla azules, ropa de pret-aporte, reloj italiano en el club de golf con “o sea, o sea, o sea”… no importa, pertenecen a un grupo y son aceptadas, en sus cabezas y en la de sus iguales los marginados son los otros. Es aplicable para ti, es aplicable para mí también.


Como recurso para esta gran avalancha desbordada de información, y las futuras, aunque sean de otros géneros, que se aproxima con la llegada del gran encuentro mundial de fútbol, siempre podemos buscar nuestra minoría a la que este tema le resbala -aunque los medios de comunicación nos intenten hacer creer que a todos nos encanta el mundial y que estamos deseando pintarnos el cuerpo con los colores de nuestro país- reunirnos para cambiar de tema refugiarnos en el club, donde estas cuestiones carezcan de relevancia y compartir, desde nuestra afín y diferente forma de interpretar el mundo, que ellos, aun siendo la mayoría, son los raros.

-PLATOS POR FREGAR-


Hola: tras un largo tiempo de ausencia hoy he retomado la escritura (tecleadura seria más correcto), he tenido muchos compromisos… realmente no fueron compromisos tal vez podría llamarlos percances o tragedias, o tareas y obligaciones bueno… también compromisos. ¿Conté que no tengo ordenador? Pues eso, no tengo ordenador, lo que no me facilita nada lo de escribir, porque eso de ir al ciber-café y tener que escribir allí todo lo que se te pasa por la cabeza… me saldría muy caro… ¡si! me estoy justificando.


Siempre estoy con teclados prestados, en el trabajo, los de amigos y los de alquiler, nuevos y viejos, si vierais este en el que estoy ahora, aun no se como voy a sacar el texto, pues por no tener no tiene ni disquetera ni CD, y la configuración del teclado es otro cantar ¿como coño pongo la arroba? Un misterio sin resolver, tampoco tengo que ser informático, bastante tengo con pelearme con el Word los “usbs” y el maldito "norton" que siempre me alerta, muy atento el, de que no esta actualizado ¡pues que lea el periódico! Hoy en día quien no esta actualizado es por que no quiere, por que hasta te regalan la prensa por las calles, ¡si! esos periódicos de una veintena de paginas que reparten en las bocas de metro o en esquinas concurridas del centro, aunque no sean de rabiosa actualidad sino de actualidad tardía y mucha noticia de pacotilla, un hombre que batió el record de comer salchichas, una mujer que parió un chaval de cinco quilos… pero ¿qué? ¿Le vamos a pedir peras al olmo? A caballo regaliz… no me gusta el anís.


Pues he tenido una serie de compromisos, el más importante ha sido una cita pendiente conmigo mismo, me presentaba a unas pruebas de acceso a una escuela de artes aplicadas de esta ciudad condal, tenia que empollar, aunque no fue este el motivo que me aparto del teclado, pero ayudo por supuesto.


Ayer cene y como estaba cansado no fregué los platos, me fui a la cama. Si conocéis al hombre marmota, me conocéis a mí. Me encanta dormir, soy de los que duermo casi todos los días la siesta, en invierno porque hace frió, en verano porque el sopor de después de comer. Me gusta mi calido cubil impregnado del olor de mi cuerpo que me ayuda a relajarme para cruzar al otro lado del mar, a la tierra de lo inconsciente, rodeado de lo reconocible por los sentidos que cuando, aunque estés desconectado, siguen funcionando, olfato, oído, y tacto, también el gusto (aunque no me suelo meter nada en la boca para saborear cuando duermo), la vista es la única que tiene un buen sindicato, ella hace su horario y ya esta, todo lo que ves en tus sueños lo ve tu cerebro. Cuando me desperté, tarde como siempre, con el mínimo tiempo para vestirme lavarme la cara y desayunar, esto último casi nunca pues no me da tiempo, los platos seguían estando sin lavar, y no me pude hacer cargo de ellos.


La “Constancia”: ¿quien será esa chica? Yo la conozco muy poco, tengo escaso trato con ella, no me acuerdo de como va vestida, la ultima vez que intente verla llegue tarde ella había terminado su trabajo, nunca deja las cosas a mitad, y se fue. Es uno de mis grandes defectos lo poco constante que soy para las cosas rutinarias, porque las rutinas como a muchos me aburre, odio ir siempre al trabajo por las mismas calles, no soporto esos pequeños trabajitos dentro del trabajo que se tienen que hacer todos los días y a la misma hora, como barrer la entrada de la tienda al abrir por la mañana, o montar mesas en el restaurante al principio de la noche… soy como dice mi sicólogo y mi astrólogo (lo del astrólogo ya lo explicaré algún día que tenga tiempo o contexto donde insertarlo) un espíritu “free land”. Pero no se puede ser cien por cien libre, siempre hay algunas tareas rutinarias, como mínimo las de higiene, que no se puedes eludir para siempre si quieres que tu vida tenga un mínimo de orden.


Hoy cuando llegue a casa estarán los platos, con sus trocitos impregnados en grasa pegados, esperándome a mi y al jabón, por suerte tiene fácil solución los puedo fregar o tirar como si fueran desechables y mañana ya no tendré los platos sucios. Lo que no tiene fácil solución, son aquellas cosas que aunque las deseches te siguen molestando, esas cosas que dejaste a mitad y van pasando los años y siguen a mitad pero no te puedes olvidar de ellas, cosas que para tenerlas, a veces, no parezca que influya la inconstancia, falso error porque la costumbre de postergar tareas es complemento muy acorde con esta manera intermitente de actuar, todos tenemos una lista de compromisos que no hemos hecho o que nos falta hacer, un viaje, ir al gimnasio, dejar de fumar, no mentir, el carnet de conducir, pedir perdón, un blog sin atender… en mi caso, una cosa que me pica y me molesta son los estudios que deje hace ya muchos años, y aunque no tenia intención de retomarlos, parece ser que mis amigos más cercanos si que se han dado cuenta de que esta tarea a mitad, fruto de malas costumbres, en ocasiones, me despierta por las mañanas con sabor de desazón, y han pensado empujarme un poco para que me decida a por lo menos intentarlo, y no termine siempre arrojando las culpas a la sociedad en la que vivimos que siempre se me ha antojado demasiado competitiva y, como al parecer no nos van a regalar nada, me enfrente a mis errores, los reconozca y los utilice en mi favor, como en el karate, que la energía que tu oponente utiliza en su ataque termina siendo la misma con la que lo derribas. Como la materia, la energía ni se crea ni se destruye, se transforma, ahora me toca resolver como cambiar, mutar, transformar, mi forma de hacer.


Así que bien, ahora yo, aunque no soy el mejor ejemplo, os invito a que cuando lleguéis a casa, con los cinco sentidos en alerta cual karateka, intentéis reconocer vuestra pila de platos sin limpiar, si no los queréis pasar por el fregadero (pica para que me entiendan en Cataluña), por lo menos que sepáis cuales son, que no olvidéis que están ahí, que no se van a ir ni desaparecer, y que a veces son ellos los que nos despiertan de mal humor, que no siempre es el mundo el que esta contra nosotros, en ocasiones somos nosotros los que nos auto-boicoteamos llenando de porcelana desatendida por la inconstancia nuestro subconsciente.


Por cierto, antes de terminar y a quien pueda interesar, aprobé el examen de acceso a la Masana (nombre de la escuela de arte) con un seis con seis, ahora solo tengo que esperar para saber si el corte de la media no es demasiado alto y mi mediocre aprobado (resultado de dos semanas escasas de codos sobre la mesa) es válido para que me dejen matricularme el próximo curso. Un plato menos que limpiar.