Friday, April 07, 2006

-PECADOS CELESTIALES-


Semana santa, periodo de reflexión de ayuno y juicio moral, época de purga y autocontrol de limitar los excesos… ¡que mal lo tienen lo creyentes! Nosotros hablemos de vacaciones y fiestas de comer tanto pescado como carne y de pecar, también con la carne.



¡Pues si señores y señoras! Tiempo, aunque sea poco, de “vacaciones” igual tiempo para los placeres: leer, comer, cantar, bailar, amar, follar, sexo, sexo y más sexo, que si vamos a terminar en el fuego eterno del infierno que sea por haberlo pasado bien, por habernos dedicado en exceso a los deleites de da buena vida. Lujuria y gula, dudosos pecados capitales… ¿pero quien se atrevió a incluirlos en una lista de actos reprochables? Entiendo lo de la pereza, la ira y la avaricia, no tanto lo de la vanidad –se me queda una en el tintero y no se cual, seguro que estoy pecando de ello, pero la mala memoria no creo que sea un pecado, tampoco no haber vuelto a ver esa película, las de los sietes pecados capitales del “Pit”, (que no se si saben que en catalán “pit” es pecho o pechuga, si eres un pollo, cosas que tiene el vivir desde hace siete años en Barcelona, un pecado capital por año, ¿en cual estaré ahora? Porque el primero fue el de la vanidad seguro, y el segundo lujuria, ya tenía más confianza con las ciudad y no estaba tan desorientado, por aquello de irme a casa de otra gente o traerme a casa alguno, es que el primer año me daba un poco de miedo la gente de la ciudad, por eso solo dejaba que me admiraran, ¡sin tocar eh! Vanidad o tonta. Creo que en estos momentos estoy en gula, ¡no paro de comer en todo el día! ) -porque ¡a ver! ¿Quién se invento esta lista negra de conductas? Sin duda alguno o alguna que le encantaba criticar, y es que me lo imagino perfectamente: -¡mira como come aquel!- -¡aquella es una presumida!- -¡el otro que es más vago!- y así, criticando surge una lista, una lista de adjetivos convertidos en nombres de dudosos pecados sociales.



Cuando uno siente, pero de verdad, no se puede andar con contenciones, si se ama, se ama hasta el final, si se odia, se odia a muerte, si me enfado, me enfado y doy portazos, hasta grito si es necesario, aunque luego se pase a la media hora el enfado, el odio o el amor.



Patricia, compañera de piso allá por el 2002 ó 2003, de origen indo-paraguayo tanto por padre como por madre, pero de nacionalidad noruega, imaginen que exótica mezcla, siempre había vivido en el país del salmón, y de un queso muy famoso que se exporta a toneladas a Estados Unidos, seguro que para hamburguesas, lo sé porque me lo contó ella. Noruega país cívico donde los haya, había sido la escuela moral de nuestra princesa hija de pacha mama, un territorio donde todo funciona casi a la perfección: ciudades limpias, bienestar y confort, gentes educadas, con una amplia conciencia ecológica, apostando por energías limpias y renovables, donde no existen diferencias de genero, hombre mujer, mujer hombre, donde los trabajos están bien remunerados, los contratos no son basura, la homosexualidad es legal (aunque ahora nosotros, en España, ya nos podemos casar y adoptar hijos, creo que en Noruega aun no, no se puede ganar en todas las carreras) en definitiva, un lugar, socialmente hablando, muy por delante de otros países europeos.


Hablando un día con Patricia, me comentó que al principio de llegar a España estaba alucinada, que no podía cree que la gente se hablara tan alto, que le daba vergüenza ajena escuchar a las parejas discutir en la calle, que lo podía oír todo, que los programas de la prensa del corazón y los “realiti chous” (en castellano tal y como se dice) donde mucha gente airea esos problemas íntimos que tendrían que quedares antes de salir de las puertas de sus casas, la tenían escandalizada, que la atracción que para los españoles, en general, ejercía el morbo, los cotilleos, las discusiones a grito pelado, los escándalos (viva Rafael y su canción, y Pimpinela y todos sus discos, ), las peleas, criticar, los pecados y también los capitales, se le escapaban de los parámetros de su conciencia cívica forjada con el martillo de Thor herencia del los reinos de hielo de Azgar y las Valquirias (- ¡pero si a estos lo único que les gustaba era ir a la guerra!- pues eso es lo que les quedó civismo a raudales, a ver si con muuuchos años les pasa lo mismo a los radicales islamistas). Luego cuando pasaron los meses y empezó a vivir de verdad en España, quiero decir como si fuera española, empezó a comprender y a dejarse llevar por el carácter latino, que es el nuestro, se reía de la tele, gritaba si era necesario, criticaba más libremente, amaba sin vergüenzas y se dejaba llevar por los sentimientos no temiendo tanto el que dirán, en general, sentía más libremente (corrupta niña viquinga).



Porque… ¡si!, para sentir de verdad, hay que dejarse llevar por los sentimientos, o sea que si por ejemplo: te deja tu novio y de verdad lo querías ¡llora!, y si con el abandono de este se desata tu furia y tu ira, peca; y si para consolarte te recorres todas las saunas, parques de la ciudad y cuartos oscuros, queriendo a todos, envuelto en lujuria y avaricia, peca; y esas ganas de comer incontrolables que te da la ansiedad, por lo acontecido, gula y peca; que de lo deprimido que estas no te puedes levantar de la cama y no tienes ganas de hacer nadad… pues aprovecha y peca de pereza; que para levantarte los ánimos te compras todas las cremas específicas para cada parte del cuerpo, te apuntas en el gimnasio ese en el que te apuntas un mes si y el otro no, con el objetivo de ser la más guapa del lugar pecando de vanidad, pues ¡peca! Y que se mueran de la ENVIDIA –mira tu por donde el séptimo-



Para criticar u opinar sobre algo hay que haberlo probado –no se puede hablar y opinar sobre sexo, siendo certero y concreto, sin haber follado nunca, porque no se tiene toda la información- no por ello hay que dejar de ser cívico; la cuestión esta en que la autenticidad de las cosas, esta en los sentimientos que le pongas a lo que hagas, aunque a veces tengas que descarriarte y pecar. Yo, en cuanto a lo que corresponde a Semana Santa, me dedicaré a mi religión personal, aquella que me deja sentir y disfrutar si yo lo deseo, porque el don de vida que mi dios me dio, no se puede desperdiciar desaprovechando las cosas buenas que los momentos te brindan, que las normas y maneras de hacer propulsadas con los miedos no puedes ser muy buenas. ¡A pasarlo bien! ¡A cometer excesos! Eso si, sin molestar al prójimo.



4 comments:

Anonymous said...

gracias, voy a pecar sin sentirme culpable!!!!!!!!

Anonymous said...

que mona has dejado a patricia!!!!!!!!!!

Oye, cuando te vas a Tenerife????? Seguirás escribiendo desde allí???

Ahora que nos estamos enganchando al blog, no nos dejes tirados, eh???!!!!

besitos

Anonymous said...

Es lo que tiene el catolicismo, que puedes pecar todo lo que quieras...

Yo he tenido unas vacaciones en la disneylandia del amor. Un poco austeras, pero con bastante gula y algo de lujuria. Hedonismo puro.

Anonymous said...

Ricardo! que pena no haber podido coincidir más (ajetreada semana)
Sigue con el blog que está muy bien, te seguiré ;)
estamos en contacto, besos! XXX