Wednesday, April 19, 2006

-LENTE FOBIA-


¿Habéis estado alguna vez en el mercado del ligoteo en calidad de soltero, adúltero, tríos, parejas abiertas o grupos? ¿Habéis estado en algún local, parque, sauna, cuarto oscuro, chiringuito, discoteca, cafetería, gimnasio, playa, crucero, baños públicos, baños del “Corte Inglés”, “Habitat” o “fnac”, incluso la calle y todas las direcciones que vienen en la guía Espartaco y el resto de direcciones que no aparecen en esta, donde se os presentó la oportunidad de ligar con alguno o alguna? Supongo que si, porque o sois muy jóvenes –y cuando digo jóvenes me refiero a esa edad en la que no tienes hormonas sexuales suficientes para que se os moje… os pongáis cachondos- o tontas ¿Habéis conseguido ligar? Pues os aseguro que si usáis gafas, de vista, graduadas, ese porcentaje de éxito en vuestros escarceos sexuales, se habría reducido a menos de la mitad y cuanto más oscuro el entorno, menos porcentaje de éxito si lleváis gafas.



Jorge, amigo adquirido en mi última visita a Madrid, coincidió conmigo en esta cuestión, no solo eso, ya había catalogado y bautizado esta patología, a la cual le había puesto el nombre de “LENTE FOBIA “. La “lente fobia” es una patología extraña porque no la sufre el que la padece, la sufren aquellas personas que llevan gafas, produciendo un rechazo, por parte del enfermo a los portadores de las lentes.



Hace tiempo, había tomado la siguiente costumbre: guardarme las gafas en el bolsillo de la chaqueta que dejaba en el guardarropa del local si mi objetivo, para esa incursión, era un orgasmo como máximo o unos tocamientos de cacharritos de mear, como mínimo; ¿por qué? Realmente nunca lo había pensado, solo sabia que este ritual me proporcionaba más éxito, incluso teniendo el inconveniente de no ver bien la presa, hasta el punto de estar demasiado cerca para decir que no -¡por algo dicen que el amor es ciego!-. La cuestión era la siguiente, el hábito se había creado inconscientemente, sin que el sujeto –yo- se diera cuenta, una simple cuestión de supervivencia.



Mi ilustre amigo Jorge, joven, atractivo, alto, guapo, inteligente, viajero culto, miope… había analizado sus visitas a los locales de Madrid –que no diré de que tipo, porque realmente no lo sé- y había comprobado que: cuando en su estilismo incluía sus gafas, sus intentos porque las presas –según su gusto- se fijara en él, tenían un índice mayor de fracaso que cuando su atuendo, para el momento, no las incluía y ustedes dirán: -¡menuda chorrada que me estas contando!- ¡Pues no! Porque este experimento, esta visualización aparentemente obvia, no seria tan simple si cambiáramos de ciudad y nos fijáramos en un entorno más pequeño, como por ejemplo Tenerife, donde todo el mundo se conoce y más en determinados círculos, como pueden serlo los de habiente homosexual, en los que optando, en algunos momentos, por ponerte gafas y en otros por quitártelas, realmente no notas diferencia porque como es lógico, aunque la mona se vista de seda… mona se queda, ya te conocen como gafudo y eso en el inconsciente solo se puede borrar con tiempo de desuso del objeto de polémica, cosa que no ocurre en Madrid donde no es tan fácil que te conozca todo dios.


Que quede bien claro, para el que no me conozca, que estoy de muy buen ver con o sin gafas y si alguno se atreve a decir eso de ¡chaval –o muchacho- tu no tienes abuela! Os digo que aun me queda una, solo que es ciega desde hace demasiado tiempo, pero aunque no fuera así: ¿Qué hay de malo en echarse un par de piropos uno mismo?



El Jorge –aprovechándome de las malas costumbres que trae a veces el bilingüismo castellano catalán- opto por comprarse lentillas, solución fácil si eres miope o hipermetrópico y un engorro si eres astigmático o si padeces alguna otra afección ocular -que quien sabe la infinidad de males relacionados con la vista que puedan existir- de esta forma pudo zanjar los inconvenientes y daños colaterales que trae la tristemente famosa patología. Ahora nuestro querido mozalbete campa a sus anchas, por la meseta central, sin el rechazo que trae consigo la “Lente fobia” y si antes su éxito era grande, ahora es grandioso.



(Un beso Jorge tengo muchas ganas de verte con o sin lentes, a mi eso me da igual pues sigo siendo un gafudo, y se, que por haberlo padecido, a ti también te la trae al fresco)

5 comments:

Ricardo Oveja Roja said...

Lo hice por ti Jordi, habia que explicarlo

Anonymous said...

Quien tiene "lente-fobia" padece de una visión más corta que el que lleva las gafas y además, con una difícil solución. Miope es aquel que no ve más allá de sus propios criterios.
No hay que sacrificar la visión de unos ojos simplemente para resultar más atractivo a otros.

Yo las llevo cuando requiero de ellas, y nada ni nadie vale que me prive del regalo que me da una buena visión de la vida.
Ricardo, con o sin ellas, estás muy guapo.
Saludos desde la Isla, donde todos ¿¿nos conocíamos?? xxxx

Anonymous said...

¿Para cuando el capítulo de bajitofobia? No puedo creer que estés invisibilizando una de las principales formas de discriminación no sólo del ambiente, sino del mundo-mundial!!!!

Menos mal que siempre hay un roto para un descosido y siempre quedará algún ejemplar de bajitofílico (viva los llaveritos!)

Nunca olvidaré un par de frases de aquella conversación que tuvimos la noche que nos conocimos:

Yo: "soy bajito"
Tú: "y tú más!"

...las otras se quedan en nuestro jardín particular ; )

Anonymous said...

bueno, bueno, bueno......

no te puedo creer!!!!!!!! ahora me vas a venir con esta falsa queja de sentirte discriminado por llevar lentes.... oh, oh, oh... como es posible!!!! Clamo al cielo, al infierno, a todos los santos nombrados por Almodovar, a los dioses egipcios, hindues, mayas y aztecas, a Odin y su furia, y al universo manga en general... COMO TE ATREVESSSSS??????

No conozco a nadie a quien le queden las gafas mejor que a ti, pequeño y desagradecido saltamontes....
además, que mejor manera de llevar Chanel a la vista???!!!!!!!

His said...

Hola. Aquí Jorge. El de las gafas.

Todo lo que aquí se ha contado es CIERTO.
Mi productividad marginal sin gafas a la hora de ligar es creciente. Con gafas, abismalmente negativa.

A lo mejor, algún día, los miopes estaremos de moda y desfilaremos en una carroza por la Castellana.

LUPOFILIA YA!!!!!

(Por cierto, yo también tengo muchas ganas de verte, guapo)