Friday, September 08, 2006

-El CREPÚSCULO DE LOS DIOSES-


Cuando llegué a Barcelona, hace unos siete años, el primer trabajo que me ofrecieron fue como camarero en el local que entonces era el escaparate del mundo geto gay, el “Dietrich”, evidentemente en un par de semanas todo el mundo me conocía como el nuevo camarero del local de moda. Fiestas, noches sin fin, vips en todos los locales bebidas gratis, entradas gratis, muchas cosas gratis, un personaje del nocturno mundo; y por el día a contra reloj: comprar modelitos para el siguiente fin de semana o evento inaugural de la temporada, gimnasio, pollo y arroz, depilaciones (siempre he sido muy peludo), anti-ojeras… preparativos todos para estar impoluto en la siguiente aparición en la noche gay barcelonesa, para que entendáis lo absurdo de todo, mi trabajo consistía en recoger la botellas y copas que la gente dejaba por todas partes, cargar neveras y poco más, bueno también lucir palmito, eso te das cuenta más tarde.


Ayer invitado por Jose el único amigo que conservo de la fauna nocturna de mi trabajo como “recoge lo que otros dejan tirado” mas técnicamente “Office”, asistí a una fiesta que un grupo importante de la noche daba a sus empleados. En la entrada al recinto muchas caras conocidas, fue como regresar a esa burbuja de dioses que parecían mis días con Marlene, me sentí un tanto extraño de encontrar más maricas conocidas, de aquel entonces, de las que esperaba. De repente escuche una voz, que a gritos me llamó diciendo -¡canaria!- me giré y fue tal que así:


-¡hola! ¿Qué tal?-
-¡hola! Canaria… ¿ya regresaste de tu tierra?-
-no me he ido nunca, bueno de vacaciones si, pero siempre he estado aquí-
-¡ah! Que raro, como hace tanto tiempo que no te veía… pensé que te habías marchado-
-no maricón, solo que cambié de trabajo en un horario de día, ahora solo salgo cuando me va bien y me apetece-
-¡oye pues me alegro de verte! ¿Que calor que hace hoy?- (después de aquí ya no tiene ningún interés la conversación)


Alcé la vista, miré a mi alrededor y caí en la cuenta de que había mucha gente que quedó atrapada en ese mundo, trabajando o acudiendo cada fin de semana como cliente, yo no estaba en lo que se suponía, cuando llegué a Barcelona, era la cresta de la ola del mundo nocturno gay, asistía con demasiada irregularidad al gim, tenia un par de kilos mal distribuidos decorados con mucho bosque de pelos, no era ni mucho menos la más mona, tampoco me sentí acomplejado porque los aplastaría con mi gran personalidad o, si fallaba esta, con mi barriga. No voy a negar que me gustaría estar mejor físicamente, pero eso nos pasa a todos incluso a los que están muy bien ¿como creéis que nace la vigorexia o la anorexia? para estas cosas no hay límites y siempre se puede estar más musculoso o más delgado.


Lo que me resultó patético fue imaginar que sería de mí si me hubiera quedado atrapado en ese mundo burbuja, estaría pensando en mi primera operación estética, ganar tiempo al tiempo, para estirarme la piel y poder seguir siendo gogó unos quince años más, sentirme querido en un mundo estético y estático carente de cosas importantes, hacer demasiado habitual ese ritual de ir al baño con los amigos a meternos, vete a saber ¿que?, que nos dijeron que estaba buenísimo, sentirnos importantes porque: no tuvimos que hacer cola en la entrada, la chica del guardarropa no nos cobró nada porque nos conocía de hace ya demasiados años o reclamar al camarero que es nuevo y nos intento cobrar la copa –¿Cómo se atreve? ¡A mí! ¿No sabe quien soy? Hablaré con el dueño de la disco y ¡se va a enterar! El niñato- . Una reclusión voluntaria en un entorno que siempre me sería familiar, al que yo le sería siempre familiar, donde todos los días entra gente nueva como globos de oxígeno regenerador y salen viejos conocidos marchitos, oxidados por el paso del tiempo al que yo también estaba sujeto y que tarde o temprano la lucha por mantenerme como personaje “importante” en el ambiente de los clubes me caricaturizaría augurándome un final rocambolesco, enganchado a la música, a las drogas o alcohol, a los besos, halagos y piropos falsos de gente que solo me conoce de verme con los ojos en blanco y sudado bailando la buena música que siempre es buena cuando estas colocado.


En aquella época lo pase muy bien, también tenía una edad y unos objetivos que en esos momentos eran más lúdicos que otra cosa, afortunadamente fui consiente para retirarme del mundo nocturno aceptando que aquello no era lo mío y darme cuenta que la fecha de caducidad por aburrimiento estaba cerca de pasarse, también me ayudó darme cuenta, una mañana que salí temprano a pasear, que toda mi ropa brillaba demasiado que la lycra el lamé, los vinilos y acetatos se habían apoderado de mi armario. Ahora sigo vinculado a ese mundo, me gusta salir alguna vez, como a todos, pero libremente, como parte de la variedad de mi vida, no siendo la noche el eje central de mi existencia.


El problema no es pertenecer a la noche, esto le decía a mi amigo Jose esta mañana cuando hablábamos de la fiesta de ayer, el me preguntaba que si yo le veía así, como una cacatúa de la noche, porque el llevaba mucho tiempo trabajando para ella. Jose, mi amigo, es un señor currante donde los haya, para vivir trabaja mucho, y lo que le interesa de la noche es el dinero que se mete en el bolsillo, cuando toma vacaciones no sale de marcha, eso seria como seguir trabajando. Como decía el problema no es la noche, ni las drogas, ni el alcohol, ni pasar la semana pensando que te vas a poner el día que salgas, ni intentar aparentar menos edad de la que tienes… el problema real de todo esto que cuento es estar atrapado por la noche, las drogas, el alcohol, la moda, el físico, la apariencia, el problema es no evolucionar, no soltarte, quedarte para siempre como personaje, convertirte en caricatura típica de la noche, creerte imprescindible de la burbuja, la burbuja que te atrapó.

4 comments:

Ricardo Oveja Roja said...

Os prometo que hay ilustración, pero no se por que coño no se carga, lo intento otro día y veremos el que. Gracias Viqui por dejarme un comentario, muchos besos y espero que te guste

Doctora Queer said...

Igual que ahora te gusta salir de vez en cuando por la noche y disfrutar de todo lo que te parecía importante, también antes estaba la persona que ahora eres: no sólo eras noche, estar más mona, gimnasio y depilarte, ya eras tú.

Si no hubieras ido al Dietrich en tu día libre (qué fuerte, mari!) nunca nos hubieramos conocido...

Si no hubieras sido ya tú, nunca hubieramos sido amigos...

Anonymous said...

HOLA AMOR,BUENO YA HE HABLADO CONTIGO DEL TEMA POR TELEFONO PERO ESTA BIEN VIVIR COSAS PARA PODER DECIR LO QUE TE GUSTA Y LO QUE NO O PODER ELEGIR LA VERDAD QUE NOS HACEMOS VIEJAS MARICON YA CON 30 AÑOS NO VEMOS LAS COSAS IGUAL QUE CON 20 ME ACUERDO CUANDO ME FUI A BARCELONA Y ESTABAS TU ALLI Y EMPEZAMOS A TRABAJAR JUNTOS EN HABITAT LA VERDAD QUE GUARDO BUENOS RECUERDOS DE ESOS DIAS Y LA VERDAD QUE COMPARTIRLOS CONTIGO HA SIDO LA BOMBA PERO AHORA PIENSA Y DICES NI MUERTO VUELVO ASI QUE ASI ES LA VIDA RENOVAR O MORIR UN BESOTE Y TE QUIERO UN MONTON DESDE AQUI EN FUERTEVENTURA (soy Damaso es que no puedo poner mi nombre nose porque asi que no eres el unico que tienes fallo jejeje un besote)

ángel d. said...

Como decía aque filósofo (?) yo soy yo y mis circunstancias. Y es tan cierto!
¿Qué habría pasado si llego a ir a La Coruña hace siete años? ¿Dónde estaría yo ahora si aquella noche hace casi cinco no hubiera ido a ese sex club y no hubiera esperado por el bus a las tantas de la madrugada cuando aquel chico se me acercó? ¿Y si no le hubiera enviado un texto (porque en esa época uno era un poco estirado), y quedado para una segunda cita?

La doctora tiene razón. Somos ya nosotros, pero siempre aprendemos y caemos y nos levantamos y aprendemos más y nos hacemos más ricos. ¿Quién me veía a mí de segurita, el empollón de la clase? ¿En Inglaterra? ¿Y ahora funcionario? JAJAJA!

Como siempre he dicho, nunca te arrepientas de las cosas que hayas hecho, sólo de las cosas que has dejado de hacer.

Besitos ingleses,

Wxx